20.2.10

Cuaderno de bitácora (III)



Las lenguas evolucionan, varían las reglas de la gramática y su léxico incorpora nuevas palabras o significados. Este desarrollo se debe al avance de la sociedad, al modo de vida de sus ciudadanos y al cambio de las realidades que les afectan. Podemos recuperar esa frase tan acertada que anota que “el uso hace la norma”. Las novedades que se incorporan a un idioma suelen ser las expresiones que debido a su uso común se convierten consecuentemente en norma. Así encontramos palabras como byte, blíster o voleibol, reconocidas –y españolizadas- por la RAE.

La cuestión surge si estas nuevas adquisiciones causan un impacto positivo o negativo en una lengua. A veces aportan útiles sinónimos, otras veces empobrecen el vocabulario, haciendo que se pierdan vocablos propios del idioma en beneficio de forzados préstamos de otros dialectos. Las que también avanzan día a día son las ciencias y las tecnologías, creando nuevas realidades y nuevos términos para hacer referencia a ellos. Y el inglés es el idioma del planeta Tierra.

Atrás ha quedado ya el cuaderno de bitácora en el que los navegantes plasmaban sus vivencias y todo lo que acontecía en un navío cuando se echaba a la mar durante meses. Ahora solo alcanzamos a imaginarnos al capitán de un barco frente a un ordenador relatando sus venturas y desventuras en su blog en internet. El blog ha sustituido al cuaderno de bitácora en el diccionario y en nuestras conversaciones cotidianas.

Pero bajo un término u otro, sigue haciendo referencia a la misma realidad: diario personal. Y como eso del lápiz y papel parece que está ya algo anticuado, aprovecho la oportunidad que brindan las nuevas tecnologías para ilustrar un breve cuaderno de bitácora sobre una asignatura que, aunque pueda parecer lo contrario al leer el nombre, mucho tiene que ver con esto de la era digital: biblioteconomía.

Durante cuatro meses he cursado esta asignatura en la universidad Pablo de Olavide, bajo la tutela de Nieves González, bibliotecaria de la Universidad de Sevilla y una gran promotora de la web 2.0 y de la integración de lo bueno de los viejos y de los nuevos medios de comunicación. Y ahora que toca a su fin no está de más mirar hacia atrás y ver todo lo que he aprendido.

Quien pudiera pensar que en este curso solo íbamos a estar entre estantes repletos de libros, enciclopedias y diccionarios está algo desencaminado. Por supuesto, el contacto con los libros y las bibliotecas nunca ha faltado. Hemos hablado sobre ellas y su funcionamiento y hemos visitado diversos centros, como la librería de nuestra universidad para aprender cómo funciona el proceso de catalogación de escritos, el fondo antiguo de la Universidad de Sevilla para descubrir obras artísticas de la historia del mundo o las instalaciones de otra facultad de ciencias para conocer las bases de datos online.

Pero, por otro lado, también hemos debatido, y mucho, sobre la adaptación de las nuevas tecnologías en la sociedad. Y es que la asignatura parte desde este punto. Una persona acude a los libros para informarse y adquirir conocimientos, pero esa fuente de saber ya no es la única. A través de la web tenemos acceso a todo tipo de datos en cuestión de segundos, de manera que cada vez son menos los que se desplazan a un centro bibliográfico para consultar las páginas de papel de un documento, teniendo en casa, a golpe de ratón, miles de páginas webs sobre cualquier tema.

Por ello, hemos hablado sobre la adaptación de los espacios de las bibliotecas a las necesidades que impone el siglo XXI. Que evolucionen hasta convertirse en recintos dinámicos e interactivos que promuevan una mayor participación ciudadana, que conecte con los jóvenes, que los niños aprendan jugando…, llegar a ser un CRAI, donde los individuos tengan un sitio donde debatir e intercambiar opiniones para conocer así poco a poco algunas de las lecciones más importantes, las que nos enseña la vida, sus personas y las vivencias que experimentamos día tras día.

Pero todo es malo en defecto y en exceso. Es tal la cantidad de información que nos ofrece la red, que tenemos que convertirnos en verdaderos eruditos en la búsqueda de esta para dar con lo que estamos investigando. En la asignatura, también hemos estudiado las competencias que tenemos que desarrollar para encontrar correcta y eficientemente los datos que indagamos y los medios donde buscarlos (catálogos de bibliotecas, bases de datos, sistemas de búsqueda avanzada…).

Una de las competencias que hemos tratado y que me gustaría destacar, ha sido la de los derechos de autor. Reconocer la autoría de un documento con el que queremos trabajar resulta fundamental desde el punto de vista ético. Asimismo, en relación con este tema, hemos analizado los tipos de derechos reservados que existen, que limitan en mayor o menor medida el uso y aprovechamiento del contenido de un original.

El último bloque que hemos visto ha sido el de la web 2.0. Este concepto hace referencia a las páginas web que no solo aportan información, sino que además permiten la participación activa y la interactuación de los usuarios entre ellos, para aportar así nuestros conocimientos y que todos podamos nutrirnos del saber de los demás de forma abierta, gratuita y colaborativa.

Una de las actividades más interesantes, para mi gusto, enmarcada dentro del curso, fue la del Evento Blog España celebrado en Sevilla los pasados días 13, 14 y 15 de noviembre de 2009. En él se reunieron bloggeros de todo el mundo y pudimos asistir a numerosas y variadas conferencias que trataban sobre la popularidad de las redes sociales, sobre la web como soporte para la difusión de nuevos talentos o sobre la llamada nube desde el punto de vista empresarial, entre otros muchos temas.

Como se puede ver, ¡nos hemos puesto y bien al día con biblioteconomía! Porque aparte de todo lo expuesto que puede parecer pura teoría, la práctica es y ha sido fundamental en el desarrollo del curso ya que todo lo tratado lo hemos ejercitado tanto en clase como en casa. Además, a lo largo del cuatrimestre cada uno de los alumnos hemos tenido un fiel compañero de clase, un blog personal, donde semana a semana hemos reflejado nuestras opiniones, inquietudes y análisis sobre los bloques tratados en la asignatura.

Y la wiki, a través de la cual hemos descubierto una nueva herramienta para aportar nuestro granito de arena al mundo digital. En ella, también hemos podido compartir nuestro aprendizaje e integrar otros sistemas tecnológicos subiendo fotos, incluyendo vídeos desde otras plataformas, agregando documentos de diferentes programas y formatos… y recuperando una vieja costumbre que a veces solo recobramos por febrero o junio para los exámenes: escribir.

El jueves 21 de enero y el pasado miércoles 27 de este mismo mes, para culminar el cuatrimestre, todos los integrantes de biblioteconomía hemos realizado una serie de exposiciones con diapositivas y con los medios que hemos descubierto desde octubre, presentando todo el trabajo que hemos hecho en este tiempo y las conclusiones personales que cada uno nos llevamos tras realizar el curso.

Escogí la asignatura como optativa y me alegro mucho de esta elección. No solo las clases han sido amenas, distendidas y participativas por la forma de impartirla de nuestra profesora, sino que también pienso que, en mi caso, ha conseguido el objetivo: manejarme de forma correcta y hábilmente en el mundo digital. Y no solo para intentar aprobar un examen universitario, sino para emplear estas útiles herramientas en la vida cotidiana.

6.2.10

¡Menudos bibliotecarios!

Como gran carnavalera que soy, hace ya semanas que sigo fielmente el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla de Cádiz. Entre copla y copla he descubierto una agrupación que algo tiene que ver con los libros y el saber que estos nos infunden.

Aquí os dejo este cachito de Arte Gaditano que nos vuelve a demostrar la importancia de la literatura en nuestras vidas y que hasta en el carnaval se le canta a
las bibliotecas y a la magia que sus estanterías secretamente guardan.