El pasado miércoles disfruté de una charla muy interesante sobre la Web 2.0 y las posibilidades que esta ofrece. Me sonaba ya ese término, pero no sabía exactamente a qué hacía referencia. Tal y como recoge wikipedia.org,
El término fue utilizado para referirse a una segunda generación en la historia del desarrollo de tecnología Web basada en comunidades de usuarios y una gama especial de servicios, como las redes sociales, los blogs, los wikis o las folcsonomías, que fomentan la colaboración y el intercambio ágil y eficaz de información entre los usuarios de una comunidad o red social.
La también llamada Web social hace mención a los sitios web que fomentan la interacción entre los usuarios, facilitan el intercambio de información y crean grupos sociales colaborativos. Se basan en una versión beta, es decir, nunca surge una edición definitiva con unas aplicaciones fijas. Esta versión se renueva día a día según las demandas de los usuarios y tomando muchas de las ideas que estos proponen y desarrollan. Nunca puede quedar obsoleta, siendo esta una de las mayores ventajas de este tipo de plataformas.
Se basan en un sistema de etiquetas que relaciona los conceptos sobre un mismo tema o similares de manera que cuando buscamos algo, obtenemos los conceptos en los que se encuadra y, a través de estas nuevas palabras, se nos abre el campo de temas que pueden que estén relacionados con lo que nos interesa. Además, a través de perfiles públicos entramos en lo que otras personas consideran destacable y que también pueden sernos de utilidad.
Hay un gran número de páginas webs 2.0 que nos permiten intercambiar datos y pareceres: wikipedia.org, para encontrar artículos sobre cualquier tema; youtube.com, para buscar vídeos; blogger.com, para volcar nuestros pensamientos; flickr.com, para compartir fotos; facebook.com o twitter.com, para crear redes sociales, eBay.com para comprar y vender objetos… Estos son quizás los más conocidos para la mayoría de nosotros, pero la lista es interminable con páginas increíblemente útiles.
Una de las que más ha llamado mi atención es del.icio.us. La web permite guardar los marcadores en nuestro perfil online, de manera que podemos acceder a nuestras webs favoritas desde cualquier ordenador. También es muy interesante el sitio netvibes.com. A través de una cuenta personal, podemos crearnos una serie de directorios donde organizar un sinfín de aplicaciones, páginas webs, cuentas de correo personal… En una sola página, y de un solo vistazo, podemos tener acceso al tiempo que hace en nuestra ciudad, a nuestra página web personal, a las últimas noticias del mundo o a nuestra lista de tareas y calendario de la semana.
Estas webs también emplean la tecnología mashup. Se crean a través de una remezcla de datos, se podría decir que el creador da la plataforma, la base, y los usuarios completan su contenido. Un ejemplo de esta aplicación híbrida es Google maps. google.com proporciona los mapas y los usuarios localizan y cuelgan fotos personales sobre estos mapas. Por otro lado, estos servidores 2.0 permiten también la comunicación mediante RSS, que permiten a su vez que los usuarios accedan a la información actualizada de un sitio web sin necesidad de tener que entrar en él.
Igualmente, disponemos de diversas aplicaciones musicales en la web social, que nos facilitan el entretenimiento. Una de ellas es lastfm.es, en la que podemos escuchar online todo tipo de música o radios y aportar nuestras impresiones. Y por supuesto, podemos colgar en la nube un simple documento de texto en Google docs. Sobre este incluso otros compañeros pueden trabajar sin necesidad de mandar una larga cadena de correos con los interminables cambios realizados sobre el escrito.
Como vemos, el principal objetivo de estas webs es que todos nos beneficiemos del saber de los demás de forma abierta y gratuita. Además, no nos cierran el acceso a nuestros archivos en el ordenador personal, ahora podemos acceder a ellos desde cualquier terminal en cualquier momento. Bienvenidos al colaborativo mundo (digital, que no real) 2.0.
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