1.11.09

Más vale libro en mano, que cientos de entradas navegando

Como estudiante universitaria, las consultas bibliográficas y el estudio son una constante en mi labor diaria. El silencio y el respeto de las bibliotecas te ayudan a abstraerte de la realidad y te envuelven en una burbuja por unas horas para poder concentrarte en el aprendizaje. Además ahora son cada vez más dinámicas y ofrecen un sinfín de posibilidades para acceder a la información. Siempre es agradable desconectar de la vida acelerada del planeta y estos espacios se agradecen especialmente cuando hay obras interminables junto a tu universidad o atascos infernales en la calle de tu casa.

Para las búsquedas cotidianas hago uso de los datos que hay en la web, pero a la hora de realizar un trabajo o investigaciones más profundas, internet pasa a ser un medio de apoyo. Estamos hartos de buscar online todo tipo de referencias, ¿pero porqué a la hora de realizar algo “más serio” recurrimos a un libro en papel? Porque por muchos avances tecnológicos que se sucedan, la veracidad, la exhaustividad y la profundidad con los que se tratan los conocimientos en un libro no tienen comparación con todos los artículos o entradas relativos al mismo tema de autores desconocidos y de dudosa veracidad que encontramos en la red.

¡Pero si también están las bibliotecas digitales! Con el mismo contenido que el original en papel y clicando un solo enlace. Sí. Pero además de evitar las lesiones de vista que leer 300 páginas a través del ordenador nos puede causar, seguimos prefiriendo el tacto de un libro y sentir la ampliación de nuestro conocimiento cada vez que pasamos una hoja y escuchamos su rasgar.

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