En la actualidad, a la hora de reunir información sobre cualquier tema de la vida cotidiana, lo primero que hacemos es recurrir a internet. En la web encontramos de todo y esto es precisamente lo fascinante del mundo en el hoy vivimos, que sea lo que sea lo que estemos indagando, está en el espacio virtual.
Si queremos saber maquillarnos igual que Patricia Conde o cómo hacer una calabaza en fieltro para Halloween en la red está. Si buscamos la historia del Trach, traje típico de Baviera, o la vida de Sacajawea, la intérprete india de Lewis y Clark durante su expedición hacia el oeste norteamericano, lo hallamos online.
De esta gran cantidad de información colgada en el ciberespacio surge el primer problema. Los datos nos desbordan y tenemos que ser capaces de analizar todos los resultados para dar con lo que es relevante y veraz para nuestras indagaciones.
En primer lugar, hay que tener muy claro qué se busca y qué términos tenemos que escribir en el servidor para encontrarlo. Una vez que se encuentren conceptos relacionados, hay que estudiar la fiabilidad del contenido y que este satisfaga nuestras investigaciones.
Son pautas muy generales para saber rastrear en internet.No nos debemos conformar con lo primero que encontremos y hay que dedicar el tiempo que sea necesario para obtener deducciones importantes. En muchos casos, el proceso de documentación dura mucho más que la propia elaboración de un trabajo para que este sea exitoso.
Hay una serie de estrategias y de motores de búsqueda que nos ayudan en esta labor, aunque el éxito de la adquisición de nuevos conceptos dependerá del uso correcto que nosotros, los usuarios, hagamos de estos recursos.
Inicialmente, las nuevas tecnologías parecen todo ventajas: nos facilitan y nos mejoran el día a día. Pero tenemos que saber usarlas en la medida adecuada y de la forma correcta para convertirnos en consumidores responsables y no en simples consumistas del siglo XXI.
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